sábado, marzo 31

Tengo un compañero cuyo sobrino, de cuatro o cinco años, es fan absoluto de Batman. La excusa perfecta para dedicar el tiempo de reuniones internas a dibujar muñacos.

No porque no atienda, ojo: es precisamente así como me entero mejor de lo que escucho. Poner cara de tiburcio al frente sólo consigue que pase a estado marciano en poquísimo tiempo.

Éste es el del viernes pasado.

No hay comentarios: